04 de noviembre de 2024
Brigitte Yépez.
Perfumería de autor
Mauricio Carbajal.
Los humanos somos seres multisensoriales que aprendemos, conectamos y recordamos a través de las diversas experiencias que hemos vivido. Por eso, la exploración en las primeras etapas de la vida es tan importante, ya que es cuando nuestros sentidos están más sensibilizados y nuestro cerebro está dispuesto a recopilar toda la información sobre lo que nos rodea. No es casualidad que la mayoría de los recuerdos más vívidos en nuestro cerebro sean eventos que ocurrieron en nuestra infancia. Esto nos convierte en seres nostálgicos, que evocamos vivencias pasadas y, a medida que el tiempo avanza, defendemos y contemplamos el ayer como los buenos tiempos, inolvidables y mejores.
Una parte fundamental de esas memorias que tanto atesoramos y que el tiempo tiene dificultad para desvanecer es la memoria olfativa. ¿Quién no ha mencionado, escuchado o confirmado alguna vez en su vida frases como: “el olor a infancia”, “el olor a bruja”, “el olor a inicio de clases” o “el olor a Navidad”? Fragancias que nos evocan, nos transportan al pasado o nos llenan de expectativa y ansia por regresar a un lugar, época o festividad.
Pero ¿cómo se crean estas conexiones en las que podemos asignar una fragancia a un recuerdo, a una estación o a una festividad? La ciencia nos dice que el olfato es el sentido más antiguo desde el punto de vista evolutivo y está directamente conectado con el sistema límbico, la parte de nuestro cerebro responsable de los instintos sexuales, el hambre, las emociones y los recuerdos. En este sentido, la relación entre memoria, olfato y emociones es una conexión natural. Sin embargo, hay un factor casi mágico en la forma en que recordamos experiencias y sus olores: las historias y las personas entrelazadas con esos aromas. El “olor a infancia” no es solo un aroma; es un collage de momentos felices, amistades, familiares, juegos, seguridad y exploración. El “olor a Navidad” no es solo el olor a chocolate caliente, panetón y especias; es también la anticipación de la reunión familiar, los villancicos en bucle, las luces, las decoraciones y la alegría de dar y recibir.
Es aquí donde entra en escena el perfumista, una persona con un olfato entrenado y sensibilizado, con el conocimiento de miles de tipos de aromas y de cómo combinarlos, además de la capacidad de traducir un concepto o narrativa olfativa de su mente y materializarlo en un perfume. Un perfumista no es sólo un creador de fragancias; es un artista, una especie de alquimista de los aromas, capaz de entender profundamente la conexión entre los olores y las emociones humanas a través de su propia experiencia. En el fascinante mundo de la perfumería de autor o perfumería nicho, destaca la figura del peruano Mauricio Carbajal, con su enfoque innovador y su habilidad para capturar emociones en cada creación.
Con 30 años de experiencia en la industria, Mauricio, después de muchos años trabajando para terceros, decidió durante la cuarentena fundar su propia empresa, donde crea las fragancias más exquisitas y exclusivas, inspiradas en sus vivencias personales. Está conquistando el mercado en otros países latinoamericanos, en EE.UU. y en Europa. ¿Cuál ha sido la fórmula del éxito para lograr el reconocimiento internacional? Sin duda, su proceso creativo es lo que lo ha catapultado a competir en las grandes ligas. Diríamos que está basado en su profundo conocimiento, su pasión, la sensibilidad de su olfato y su extraordinaria memoria para materializar sus vivencias infantiles en exclusivos aromas. Muchos de nosotros podríamos tener curiosidad sobre el contexto en el que el perfumista desarrolló su infancia. Podemos darnos una idea a través de las narrativas que se reflejan en cada uno de sus perfumes, expuestos en su página web:
Así que trataremos de armar el contexto de la infancia de Mauricio, en relación con la información de las notas que llevan sus perfumes.
A pesar de la adversidad de la década de los 80s, en Lima una ciudad marcada por profundos cambios sociales, políticos y económicos que moldea la vida cotidiana de sus habitantes, las familias tratan de mantener la tradición, la esperanza y la fe asistiendo a las misas dominicales, las festividades religiosas como la Semana Santa y la Procesión de los Milagros, siendo esta última un evento imperdible para toda familia católica. Una vez más, era el mes de octubre, y un joven Mauricio se preparaba, en familia, para dirigirse al centro de la ciudad. Al llegar a las afueras de la iglesia las Nazarenas, es inevitable no dejarse llevar por un aroma cautivador, producto de la mezcla del aroma de postres, licores y especias típicas en dicha celebración. Nació así el perfume “TRADICIÓN” destacado por sus notas a turrón, mazamorra morada, cachina, ceniza, incienso humeante, entre otras.
El tiempo ha pasado, y junto con él, los primeros días de verano han llegado y las vacaciones están a la vuelta de la esquina, si es que no están aquí ya; el calor va en aumento y no hay mejor plan que ir a la playa en fin de semana. Mauricio camina de la mano de su madre a orillas del mar, el olor de la arena emerge por la calidez del sol, y se mezcla con el aroma del bronceador evaporándose conforme siguen su camino. La brisa del mar pretende refrescar a sus visitantes, pero no es suficiente, Mauricio suplica por una Inca Kola y luego logra hacerse con una preciada botella, al abrirla inmediatamente se une a la fragante composición, ese retro de goma de mascar y frescura que caracteriza a la bebida; mortalizando así dicho recuerdo en la mente Mauricio. Creando así el perfume “LITORAL” un perfume delicioso con notas de helado de vainilla, bronceador de coco, algas de mar, Inca Kola, entre otras.
Las vacaciones escolares son el momento perfecto para escapar de la gran ciudad, retornar a nuestros orígenes, conectar con las raíces andinas y reencontrarnos con nuestros familiares. Es una oportunidad para recordar y recargarnos con su cariño y sabiduría. Así que, esta vez, Mauricio y su madre emprenden un viaje hacia las alturas de la sierra peruana, un lugar donde el tiempo parece detenerse y la naturaleza exige esfuerzo para ganarse el acceso a través de sus majestuosas montañas. En aquellas décadas, los viajes a la sierra eran largos y, en ocasiones, difíciles debido a la infraestructura vial limitada y la inseguridad causada por la violencia política. Además, se viajaba en buses interprovinciales que podían demorar horas o incluso días en llegar a destinos lejanos. Las carreteras a menudo eran estrechas y llenas de curvas, y muchas veces se requería cambiar las ruedas, utilizar animales de carga o incluso caminar largos tramos.
Es en ese contexto que el perfumista registra una nueva vivencia: recorrer los Andes cautivado por los hermosos paisajes verdes, el olor que desprenden la variedad de árboles, la brisa del río, el aroma de los rebaños pastando cerca de la carretera, entre otros. Finalmente, al llegar a la casa de los bisabuelos, los abrazos cálidos y las miradas llenas de amor los reciben, junto con chocolate caliente hecho de cacao, pan de manteca y el olor a leña recién cortada. Todos estos aromas dieron vida al perfume “CORDILLERA”, una fragancia que te transporta a la sierra peruana con notas de eucalipto, molle, miel de abeja, chicha de jora y un toque animálico de rebaño, entre otras.
En cada frasco de perfume, Mauricio Carbajal encapsula no solo una fragancia, sino una historia, un pedazo de su alma. Así, cada gota se convierte en un puente hacia recuerdos y emociones que, aunque efímeros, dejan una huella imborrable en quienes los experimentan. La perfumería de autor no es solo un arte, es una invitación a viajar en el tiempo y el espacio, a través de los sentidos, hacia los rincones más íntimos de nuestra memoria.
En un mundo donde la velocidad y la tecnología a menudo nos desconectan de nuestras raíces y emociones, los perfumes de Mauricio nos recuerdan la importancia de detenernos, respirar y dejar que los aromas nos guíen de vuelta a lo esencial. Así, su obra no solo embellece el presente, sino que también preserva el pasado y enriquece el futuro, uniendo generaciones a través del poder evocador del olfato.
Mauricio Carbajal ha demostrado que la perfumería de autor puede ser un puente entre culturas, uniendo a personas de diferentes rincones del mundo a través de la universalidad de los sentidos. Su éxito es un testimonio de la pasión, la dedicación y la capacidad de transformar lo cotidiano en extraordinario, recordándonos que, a veces, los recuerdos más valiosos son aquellos que podemos llevar con nosotros, encapsulados en una fragancia.