P​or otro lado, en su obra de arte “La procesión”, Sánchez Urteaga exhibe cómo se realizaban antes las romerías de los santos, en ella se muestra la unión y el compromiso que existía a la hora de llevarlas a cabo. La presente obra es muy llamativa por la forma como se realizan las tradiciones religiosas. Sobre todo en la serranía, donde se ve la unión a la hora de llevar a cabo estas actividades, no solo es una representación visual; es un testimonio de la fuerza espiritual y la resiliencia de la comunidad limeña. Su capacidad para transmitir este mensaje hace que sea una contribución valiosa al arte religioso y cultural del Perú. Si bien es cierto, hoy en la actualidad estas costumbres aún perduran, pero se viven con menos fervor a lo que se residía antes, donde predominaba la unión y el compañerismo.

En su obra denominada el “montonero” Camilo Blas nos trata de transmitir la vida cotidiana del campesino, así como su vestimenta, la que significa un homenaje al hombre sencillo del día a día, dando realce al agricultor. Por otra parte, el autor, por medio de esta obra, busca realizar una contribución al arte peruano y a la entidad nacional, retratando las costumbres y diversidad racial existente en nuestro país. Sin embargo, Camilo Blas también por medio de esta pintura nos invita a que se haga una valoración al arte teniendo en cuenta la estética y capacidad de reflexión.

Finalmente, en su obra más representativa “Plaza de Huancavelica”, el autor nos muestra dicha ciudad, así dejándonos ver a dos mujeres con sus vestimentas y trajes típicos. Destacando la conexión con el entorno natural y la identidad local, invitándonos a reflexionar sobre la apropiación cultural y las relaciones de poder en su creación. Hoy en día se evidencia el poco valor que se da a la arquitectura que nos han dejado generaciones pasadas, así como la pizca de identificación con nuestras costumbres y trajes típicos.