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18 de marzo de 2024

Brigitte Yépez.

Oscars 2024

Un acercamiento a la estética del evento y los nominados.


Este año, el icónico Teatro Dolby de Los Ángeles se vistió de gala una vez más para acoger a las estrellas de Hollywood en la ceremonia de los Premios Oscar 2024. La noche estuvo marcada por un despliegue de elegancia y estilo, con invitados que capturaron la atención tanto por su expectativa como por sus atuendos. La anticipación por descubrir a los ganadores de la codiciada estatuilla dorada fue palpable, y los temas que dominaron las conversaciones incluyeron el merecido reconocimiento a los triunfadores y las tendencias de moda que adornaron la alfombra roja.

Los Premios Oscar no solo celebran las actuaciones y producciones cinematográficas; también son un escaparate para otras formas de arte que enriquecen la experiencia del cine. El tipo de maquillaje y las bandas sonoras originales son ejemplos de cómo la música y el diseño visual contribuyen a la narrativa y al impacto emocional de las películas. Estos elementos, junto con la actuación y la dirección, son fundamentales para la creación de una obra cinematográfica que resuene con el público y merezca ser honrada en esta prestigiosa ceremonia. 

En términos de diseño, podemos comentar que la moda que resaltó este año se dio en metálicos, brillos, satinados y colores enteros, destacando el negro. Los cortes sirena e imperio fueron populares, con ciertos detalles extra más audaces que llegaron a ser incluso poco funcionales. Un ejemplo es el vestido de Sandra Hüller, nominada a mejor actriz. Surgió la duda sobre cómo se sentó a disfrutar de la ceremonia sin incomodar a las personas contiguas. Sin embargo, rescatamos el compromiso con la performance que las artistas tienen al escoger tales piezas de arte, las cuales incluso no les permiten sentarse de forma ergonómicamente correcta o les ocasionan ciertos incidentes.

Como fue el caso de la ganadora a mejor actriz por su papel en “Poor Things”, cuyo sofisticado vestido desafortunadamente se rompió. Esto no es sorprendente, puesto que, aunque pertenezca a la lujosa firma Vuitton, el elegante diseño, caracterizado por su voluminoso peplum (una moda que se remonta a la antigua Grecia), no permitiría la comodidad absoluta de su usuaria. El objetivo principal es obtener una silueta ajustada y marcada, acentuando de más las curvas femeninas mediante un vuelo voluminoso de tela a la altura de la cintura.


Sin duda, fue la opción más acertada, ya que la posicionó como una de las estrellas mejor vestidas de la noche. Se hizo tendencia por su estética y contribuyó de manera memorable al discurso de Emma Stone, al haber echo evidente su incidente. Además, el color nos mantuvo pegados a la pantalla, tratando de descifrar si era verde menta, perlado o iridiscente por cómo reflejaba la luz; a su vez, subcomunicaba cierto manejo de paleta de colores, ya que combinaba con su tono de piel y contrastaba de forma agradable con su pelirroja cabellera. Claramente, entendemos por qué la estrella eligió este vestido peplum. Tal vez un detalle más es que, al igual que el director de la película, a la cual debe su segunda estatuilla, es de origen griego.

Otras estrellas que se enlistaron en la fila de los mejores vestidos fueron Margot Robbie, quien, a pesar de no haber sido nominada, se presentó guapísima enfundada en un vestido largo negro entallado, lleno de sutiles lentejuelas que hacían que el vestido se percibiera de tipo metálico, con un drapeado vanguardista en la cadera, dando a entender que estaba quemando su etapa de Barbie, públicamente. Asimismo, no pudimos dejar de percibir una vibra futurista en el vestuario de Robbie, así como en el de la fabulosa Zendaya, que deslumbró con un vestido largo y ceñido que combinaba armoniosamente lentejuelas grises y seda color rosa con un drapeado estratégico.

Los outfits que también portaron esta vibra fueron los de las siguientes estrellas: Anya Taylor Joy, Florence Pugh, America Ferrera, Emily Blunt, Hailee Steinfeld, Ryan Gosling. Todos ellos tienen en común una armoniosa composición entre el brillo, las lentejuelas, los volúmenes, las curvas, los plegados y el minimalismo, los colores sobrios, los cortes clásicos y detalles sutiles. Han logrado un estilo de tipo futurista elegante.

Es como si existieran versiones realistas de los personajes que realizan cargos políticos importantes en sagas de ciencia ficción, que muestran otros mundos y formas de vida como Star Wars y Dune, y los hubieran ubicado en la alfombra roja para cautivarnos con sus particulares apariencias. 

I'm just Ken

¿Has oído hablar de la presentación de Ryan Gosling en los Oscars? Fue una locura total. Subió al escenario con un traje rosa brillante, ¡parecía un Ken de carne y hueso! Y no solo eso, sino que también usó un sombrero de vaquero y comenzó a cantar “I’m Just Ken” entre el público.

Y no fue solo un espectáculo de un hombre. No, no, no. Tenía un montón de bailarines de apoyo y hasta el legendario músico Slash apareció con la guitarra. ¡Fue una fiesta total en el escenario!


Así que sí, la presentación de Gosling fue increíble, pero también fue un guiño a las grandes estrellas del pasado como Marilyn. ¡Y eso es lo que hace que los Oscars sean tan especiales! Nunca sabes qué sorpresas te esperan.


Entre estatuillas y buganvilias.

El diseño de la pasarela y la ambientación de este año ha sido meticulosamente planificado para crear una experiencia visualmente impactante y emocionalmente resonante para los asistentes. La reintroducción de la icónica alfombra roja, un símbolo de elegancia y glamour, evoca una sensación de prestigio y exclusividad, que son elementos clave en la psicología del color.

El fondo blanco con detalles en dorado, representando la silueta de la estatuilla dorada, se suma a esta atmósfera de lujo y distinción. El blanco simboliza la pureza, la elegancia y la luminosidad, mientras que el dorado evoca la opulencia, el éxito y el triunfo. Esta combinación de colores transmite un mensaje de excelencia y celebración, lo que refuerza la importancia y el significado del evento.

La presencia de estatuillas de los Oscars en formato grande que adornan la pasarela no solo añade un toque de autenticidad y relevancia al evento, sino que también define el espacio donde las celebridades deben detenerse para tomarse fotos. Estas estatuillas, como símbolos emblemáticos de logro en la industria del cine, sirven como recordatorio visual del reconocimiento y la excelencia que se busca alcanzar en la ceremonia.

Las flores de buganvilia rojas que coronan el fondo blanco aportan otro nivel de significado simbólico y psicológico al diseño. El color rojo de las buganvilias representa la pasión, la energía y la vitalidad, añadiendo una dosis de dinamismo y emoción a la atmósfera. Además, el rojo de las buganvilias equilibra el rojo de la alfombra, creando un marco perfecto para las fotos y guiando la mirada del espectador hacia el centro de la escena, donde se encuentran las celebridades y las estatuillas de los Oscars. Este efecto contribuye a destacar a los protagonistas del evento y a realzar su importancia en el contexto del glamour y la elegancia que rodea a la ceremonia.

La magia del Dolby Theatre

El set donde tuvo lugar la ceremonia puede ser descrito como una de las propuestas más sensoriales, visualmente hablando, que ha tenido la gala a través de los años. Las diseñadoras de co-producción Alana Billingsley y Misty Buckley, quienes también fueron responsables de la propuesta del año pasado, se encargaron de materializar estos elementos principales que recuerdan las columnas de la arquitectura griega clásica. Esto es una clara representación de los preceptos básicos de belleza, por su composición, aunque modernizadas en curvas amplias, suaves y envolventes, como si el yeso del que están hechas se hubiera convertido en tela drapeada. Estas columnas abrazaban o invadían el auditorio más allá del escenario, sumergiendo a los asistentes en una experiencia más íntima, delicada y conmovedora.

El empleo de colores específicos para cada dinámica planeada a lo largo del desarrollo del evento contribuyó a esta experiencia. Con una base visual de una gama de colores claros como el marfil, oro rosa, champagne y el color del mismo material, se aseguró que las demás proyecciones de color fueran impecables. Esto permitió que los asistentes, e incluso los espectadores, se sintieran parte de cada presentación, ya sea la de Billie Eilish, la de Ryan Gosling o uno de los momentos más destacados, el clásico "in memorian", que proyectó un color azul.

Este color azul, relacionado con la calma, el respeto y la pulcritud, sumergió la sala del Dolby en una atmósfera que asemejaba estar en una reinterpretación de un lago o del mismo cielo, con las columnas como una suerte de nubes enmarcando el recuerdo de los homenajeados.

Todo el concepto de diseño para esta premiación también ha sido inspirado en la moda, e incluso en algunas películas nominadas. Muestra cierta suavidad y los "drapeados" del set hacen alusión al vestuario de "Poor Things" y a la delicadeza del mundo de Barbie, así como a la ambientación clásica de "Oppenheimer". En definitiva, fue una gran experiencia inmersiva para los asistentes a la 96ª edición de los Premios Óscar.